14 agosto 2005

El Libro de Enoch


El Libro de Enoch

Los judíos, o mejor dicho sus sinagogas, tienen en mucho aprecio el Mercavah y repudian el Libro de Enoch; ya porque no estuvo desde un principio incluido entre sus libros canónicos, ya porque según opina Tertuliano:

Los judíos lo rechazaron como las demás Escrituras que hablan de Jesús.

Pero ninguna de estas razones, era la verdadera. El Synedrión no quiso admitirlo por considerarlo más bien obra de magia que cabalística. Los teólogos, tanto católicos como protestantes, lo clasifican entre los libros apócrifos; a pesar de que el Nuevo Testamento, particularmente los Hechos y las Epístolas, rebosan de ideas (aceptadas hoy como dogmas por la infalible Iglesia romana y otras),y aun de frases enteras tomadas en verdad del autor que con el nombre de "Enoch " escribió en lengua aramaica o sirio –caldea el libro citado, según afirma el arzobispo Laurence, traductor del texto etíope.

Son tan evidentes los plagios, que el autor de La Evolución del Cristianismo, editor de la traducción de Laurence, no pudo por menos de hacer algunas observaciones muy sugestivas en su Introducción. Tiene el convencimiento 142 de que el Libro de Enoch se escribió antes de la era (sin importarle sea en dos o en veinte centurias);y como lógicamente arguye dicho autor:

Es la inspirada predicción de un gran profeta hebreo, que con admirable exactitud vaticinó las enseñanzas de Jesús Nazareno, o la leyenda semítica de que este último tomó sus ideas de la triunfal vuelta del Hijo del hombre, para ocupar un trono entre regocijados santos y los atemorizados réprobos, en respectiva espera de la perdurable bienaventuranza o del fuego eterno. Y ya se acepten estas visiones como humanas o como divinas, han ejercido tan poderosa influencia en los destinos de la humanidad durante cerca de dos mil años, que los que ingenua e imparcialmente buscan la verdad religiosa, no pueden demorar por más tiempo la investigación de las relaciones entre el Libro de Enoch y la revelación, o evolución del Cristianismo

Dice además que el Libro de Enoch:

También admite el sobrenatural dominio de los elementos, mediante la acción de ángeles que presiden sobre los vientos, el mar, el granizo, la escarcha, el rocío, el relámpago y el trueno. Asimismo menciona los nombres de los principales ángeles caídos, entre los cuales hay algunos idénticos a los invisibles poderes que se invocaban en los conjuros [mágicos ] cuyos nombres se encuentran grabados en los cálices o copas de terra –cotta, empleados al efecto por los caldeos y judíos.

También se lee en estos cálices la palabra "Halleluiah "; por lo que se ve que:

Una palabra empleada por los sirio –caldeos en sus conjuros, ha llegado a ser, por vicisitudes del lenguaje, la palabra misteriosa de los modernos reformistas.

El editor de la traducción Laurence cita, después de esto, cincuenta y siete versículos de diversos pasajes de los Evangelios y de los Hechos de los Apóstoles, cotejándolos con otros tantos del Libro de Enoch y dice:

Los teólogos han fijado mayormente su atención en el pasaje de la Epístola de Judas, porque el autor nombra al profeta; pero las acumuladas coincidencias de palabras y de idea que se notan entre Enoch y los autores del Nuevo Testamento, según aparece en los pasajes citados, muestran evidentemente que la obra del Milton semítico fue la inagotable fuente en que bebieron los evangelistas y apóstoles, o los que escribieron en su nombre; tomando de ella las ideas de la resurrección, juicio final, inmortalidad, condenación y del reinado universal de la justicia, bajo la eterna soberanía del Hijo del hombre.
Estos plagios evangélicos llegan al límite en el Apocalipsis de San Juan, quien adapta al cristianismo las visiones de Enoch, con retoques en que se echa de menos la sublime sencillez del gran maestro de predicción apocalíptica, que profetizó en nombre del antediluviano patriarca .
Eli

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno el posto me intereso el tema ....te sigo leyendo saludos..
jonah