14 agosto 2005

El despertar


DESPERTAR ESPIRITUAL

En el despertar de un ser, es preciso entender los fenómenos que se dan en su interior. Abrir los ojos a la realidad espiritual, implica tener que desechar muchos de los conceptos que se tenían acumulados.

Abrir los ojos a la realidad espiritual, debe entenderse como un proceso en donde el hombre se vuelve niño y mira con ojos nuevos lo que el universo le ofrece en las nuevas dimensiones, no comparar, no confrontar, no juzgar, no conceptuar, simplemente observar, contemplar, vivir, experimentar.

Este debiera ser el código de conducta de aquellos que abren sus ojos a los panoramas etéricos y astrales, paraísos en donde cada experiencia sumerge al ser en una aventura de libertad total, áreas en donde no existen compromisos, en donde las cadenas con el pasado se disipan como el humo al ascender al cielo, realidades en donde no existen límites ni fronteras, en donde el pasado humano se vuelve un fantasma, en donde los nombres personales no son sino imágenes de algo que ya no es válido, en donde los horizontes se suceden uno tras otro, en donde la sinfonía de colores, de música, de aroma, se combinan para presentar un espectáculo totalmente distinto a todo cuanto podían haber imaginado.

Despertar no es necesariamente que reciban mensajes con ideas plasmadas, con trabajos importantes soportados por nombres de Maestros famosos. Abrir los ojos a la realidad espiritual, es simplemente el acto genuino de tomar posesión de la herencia Divina, es el momento en que el hombre se enfrenta a su misma naturaleza, libre de cadenas aprendidas en su pasado, un terreno en donde no hay obligación de servir a los demás, no hay lemas de cómo vivir el presente, no hay etiquetas espiritualistas y materialistas, no existe la obligación de hacer corresponder sus experiencias con las que anteriormente han escuchado de otros labios.
Eli

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