04 julio 2006

Templo

"El templo del Señor es su gracia dentro de nuestro corazón, y el sacrifi­cio es su amor por nosotros y es nuestro amor por él.

No hay más que un templo de Dios, es el corazón del hombre. Todo lo demás es como un disfraz que sólo contenta a los mediocres ciegos e incurables.

¿Cómo condenar a los que no oyen la verdad del Señor, cuando nos han sido precisos tantos esfuerzos para penetrar en el templo de Dios y tanto tiempo para descubrir su corazón viviente?
Buscamos las dos columnas del Templo y las tenemos ante nuestros ojos y al alcance de nuestras manos, pero nuestros cora­zo­nes están oscurecidos por el pecado de la caída y la verdad de Dios se ha reti­rado en el pozo del abismo.

Separa lo que está unido y las tinieblas te harán ver el comienzo de la obra. Junta lo que está separado y la luz te conducirá al final de la obra divina, que es el sol glorioso.

Louis Cattiaux, El mensaje Reencontrado

Eli

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